Comportamiento suicida

El acto suicida se determina por la interacción de múltiples factores que suponen un riesgo, así como factores protectores y escenarios predisponentes que pueden precipitar la conducta suicida, este se origina en el momento en que comienzan los pensamientos sobre cómo quitarse la vida, mediante la planeación y ejecución de los primeros intentos suicidas, con un incremento gradual de la letalidad del intento hasta lograrlo; es decir, la conducta suicida comprende: las ideas de muerte e ideación suicida, la planificación, las conductas suicidas sin resultado de muerte y los suicidios consumados. 

Es importante diferenciar una autolesión a un intento de suicidio, pues con frecuencia suelen causar confusión; las primeras son conductas autoinfligidas con la intención de realizarse algún daño físico (no en todos los casos esta conducta se asocia a ideación o intención suicida), el intento de suicidio es la acción orientada a provocar la propia muerte (OMS, Suicidio, 2021). Estas dos pueden ocurrir en la misma persona a la vez o en diferentes tiempos. Las autolesiones no suicidas se definen como cualquier comportamiento que se realiza de modo intencionado, autodirigido, sin intencionalidad suicida y que causa destrucción de la superficie corporal.

Además de cortes en la piel también conocido como cutting (método más frecuente), también puede tratarse de mordeduras, quemaduras, rascado o roce en exceso, golpes u otras formas de hacerse daño a uno mismo. Se atribuye la realización de estas lesiones a un mecanismo de alivio o disminución de sentimientos negativos, como forma de autocastigo o necesidad de refuerzo social positivo. 

El suicidio tiene un constante aumento en poblaciones cada vez más jóvenes; así como en personas de la tercera edad, representa junto con los trastornos mentales y adicciones, un grave problema de Salud Pública. Cada suicidio implica un eco de repercusiones en las familias, amigos y comunidad a la que pertenecía la persona.

Es mayor la tasa de riesgo, cuando las personas experimentan dolor físico recurrente y exacerbado, emociones de desesperanza e impotencia, incapacidad para tolerar el rechazo, baja tolerancia a la frustración, pensamiento ambivalente, perfeccionismo rígido, comportamiento impulsivo, reprimen sus sentimientos y pensamientos, falta de habilidades de afrontamiento, así como falta de habilidades sociales, de comunicación y para solucionar problemas. Si presentan alteraciones en la prueba de realidad; o inclusive, si llegan a sentirse como una carga para los demás. 

El suicidio es un problema multifactorial, resulta de una compleja interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales. 

Es la primera causa de muerte violenta. 

A nivel mundial, más de 800 mil personas mueren por suicidio cada año. 

Las muertes por suicidio, representan el 5% por cada 100,000 habitantes. 

El 40.8% de los suicidios ocurren en jóvenes de 15 a 29 años. 

Entre los jóvenes existen factores de índole académico, laboral y económicas; en los adultos mayores, influyen la ausencia de seguridad social, una red de apoyo insuficiente, abandono y la pobreza. 

Por ello, es de suma importancia que una persona con comportamiento suicida, pueda integrarse a una estrategia psicoterapéutica estructurada, con intervenciones adaptadas a las necesidades de su caso, implementando elementos cognitivo-conductuales, psicodinámicos, de solución de problemas, así como de patrones interaccionales. También podría ser altamente recomendable iniciar tratamiento farmacológico en conjunto con un psiquiatra.

Al referirnos a comportamiento suicida, es importante tener claridad en la terminología asociada y distinguir los siguientes conceptos:

Ideas de muerte

Pensamientos relacionados al término de la vida, sin tener planes concretos para hacerse daño y morir. 

Ideación suicida

Pensamientos intrusivos y repetitivos sobre la muerte auto infligida, sobre las formas deseadas de morir y los objetos, circunstancias y condiciones en que se planifica hacerlo.

Autolesión no suicida 

Lesión autoprovocada que no tiene como objetivo la muerte, puede tener como propósito provocar dolor físico para disminuir el dolor emocional.

Intento suicida 

Acción orientada a provocar la propia muerte, sin que esta se consume.

Letalidad suicida 

Nivel de gravedad de las lesiones autoprovocadas por un intento de suicidio.

Suicidio

Acto de quitarse la vida deliberadamente

Hay algunas condiciones que aumentan el riesgo de ideación, intento suicida y suicidio consumado, entre ellas: 

1. Personas con sospecha o diagnóstico confirmado de trastorno mental.

2. Consumo de sustancias adictivas (alcohol, tabaco y otras drogas). 

3. Personas con enfermedad médica de reciente diagnóstico (especialmente aquellas que son graves o con mal pronóstico); con enfermedades crónicas (debido a que se desgastan de forma significativa los recursos emocionales y económicos tanto del paciente como de la familia); con enfermedades que generan dependencia de otros para la supervivencia (ya que no siempre se cuenta con el apoyo familiar o social adecuados). Otras, cuyo tratamiento es incómodo o vergonzoso (relacionados a aparatos genital masculino o femenino, incontinencia urinaria, cáncer de próstata o pene, por deformidad que genera alteraciones en la relación interpersonal). Aquellas que producen dolor (está demostrado que aumenta el riesgo de suicidio, sin importar cual sea la patología de origen). También aquellas que son estigmatizantes (especialmente si el paciente se siente culpable de contraer la enfermedad, por ejemplo: VIH, VPH). 

4. Personas que forman parte de grupos vulnerables y personas privadas de su libertad.

5. Personas con intento suicida previo.

6. Personas con antecedentes familiares de intento suicida o suicidio consumado.

7. Personas que viven solas, han tenido alguna perdida significativa, que tienen fácil acceso a medicamentos, con pobre red de apoyo, con escasas habilidades sociales y de afrontamiento.

8. Personas en situaciones de violencia: abuso sexual, maltrato Infantil, dificultades de pareja, dificultades familiares, víctimas de delitos, acoso por pares, sobrevivientes a desastres; con problemas de desplazamiento, aculturación y discriminación. 

¿Cómo saber si una persona está en riesgo de suicidio?

El comportamiento suicida no siempre es visible o perceptible para aquellos que están cerca (familiares, amigos, compáñeros), pues no es una regla el presentar signos o que la persona manifieste abiertamente el deseo de morir. Aunque en ocasiones, se puede observar en las siguientes conductas: 

¿Qué hacer si identifico esto en mí o en alguien que conozco? 

Si te has sentido o actualmente te sientes de esta manera, no dudes en recurrir a la brevedad a un servicio de atención psiquiátrica y psicológica

No estás solo, no estás sola.

Contactos y líneas de atención

En caso necesario, puede llamar dentro del territorio mexicano a las siguientes instancias:

Centro de Atención Ciudadana 

“La Línea de la Vida” Número telefónico: 800 911 2000

Es un programa que surge por el trabajo conjunto en México del Consejo Nacional de Salud Mental (STCONSAME), los Servicios de Atención Psiquiátrica y la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), autoridades de salud estatales, además de instituciones académicas, con la asesoría de organismos internacionales.

Tiene como objetivo brindar atención personalizada a las personas o familiares con algún problema relacionado a la salud mental como ansiedad, depresión o riesgo suicida, además de consumo perjudicial de sustancias psicoactivas, a través de intervenciones breves. Así mismo realiza derivación y referencia de casos más severos, como el riesgo suicida, que requieren una intervención presencial en Unidades de salud especializadas.

Su servicio se brinda las 24 horas del día, los 365 días del año. Trabajan bajo un cuidado en pluralidad, equidad, diversidad e inclusión. Para realizar la llamada no requiere algún documento y su servicio es gratuito.

Correo electrónico: lalineadelavida@salud.gob.mx


Orientación Médica Telefónica IMSS. Número telefónico: 800 2222 668 opción 4

Este servicio se implementó en el Instituto Mexicano del Seguro Social a partir de marzo 2019, como respuesta ante la contingencia COVID-19. En la opción 4, ofrece asesoría en Salud Mental por medio del personal de psiquiatría y psicología del Instituto, orientada a derechohabientes y trabajadores. Se realiza asesoría, intervención breve y acompañamiento en momentos de crisis.

Su servicio se otorga de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 horas.

Para recibir asesoría se requiere tener a la mano el Número de Seguridad Social, el cual se puede obtener en la página www.imss.gob.mx/imssdigital o en la aplicación IMSS Digital para teléfonos celulares y tabletas.


La Secretaria de Salud y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)

Ofrecen el Directorio Nacional de Instituciones de Asistencia Social (DNIAS) en la siguiente dirección electrónica: dnias.dif.gob.mx/ 

El sitio DNIAS provee un registro actualizado, dinámico y veraz de difusión de las instituciones de asistencia social en México. Posee un buscador de información para seleccionar el servicio de asistencia social y entidad federativa de interés de la persona; así como material informativo de interés para niñas y niños, adolescentes, adultos, adultos mayores y para la familia.


Línea de apoyo #vive sin violencia. Número telefónico: 55 5533 5533 

Es una línea de seguridad y un CHAT DE CONFIANZA del Consejo Ciudadano para todo México, a través del programa ¡Sí a la Vida!, brindan asesoría jurídica y psicológica de manera personal, su atención se otorga los 365 días del año, las 24 horas. En caso de ser necesario pueden proporcionar referencias de instancias para recibir atención presencial. 

Fuente: Lineamiento operativo para la atención de personas con conducta suicida, 2023. Instituto Mexicano del Seguro Social.

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