Etapas del ciclo vital en la familia

De una forma u otra, todos atravesamos estas etapas, pues forman parte del cilo vital; durante este proceso de desarrollo, se van alternando periodos de equilibrio y desequilibrio, y es cuando la familia procura superar las crisis, algunas de las cuales se mezclan y superponen. 

Emancipación

El joven pasa a ser adulto, ingresando en una compleja red social. Abandona su primera unidad familiar para constituir su nuevo hogar (que puede ser unipersonal), o quedarse en el hogar nuclear hasta edades avanzadas (dando lugar a lo que se denomina “nido repleto”).

Convivencia en pareja

Es la etapa para establecer acuerdos con las familias de origen, con los padres, y entre la pareja, sobre aspectos prácticos de la vida en común, distribución de las tareas domésticas, gustos, convivencias, decisión de si tener o no hijos, cuestiones económicas, etc. Se revela el modo en que van a encarar los posibles desacuerdos (que previamente en el noviazgo habían intuido). Hay que tener en cuenta que muchas de las decisiones de la pareja están claramente influidas por las alianzas que mantienen aún con los padres, y ponen de manifiesto el aprendizaje de cada uno en sus propias familias; se espera que superen esa dependencia.

Nacimiento de los hijos

A los conflictos que ya tenía la pareja, se unen los originados por el nacimiento de los hijos. Coexisten el placer o displacer de ser padre/madre con las nuevas situaciones de tensión que trae aparejada la crianza. Puede haber cuestionamientos y conflitos relacionados a la parentalidad y la autorrealización, la reincorporación al mercado laboral y aparecer algunas frustraciones. También pueden presentarse celos hacia los hijos y la influencia de los abuelos.

Familia con hijos en periodo intermedio

Se cuestiona la satisfacción experimentada en el núcleo y las ambiciones profesionales y personales, pudiendo aparecer desilusión que afectará a la familia (relacionadas a ideas sobre proveer, renuncia, y sacrificio); desencadenando situaciones de celos y resentimiento. Los hijos juegan un papel importante en la comunicación de los padres pues muchas de sus conversaciones giran en torno a ellos (en muchos casos, son el tema que los une). También puede haber problemas porque la pareja no sabe llegar a acuerdos en cuanto a la crianza de sus hijos. 

Nido vacío

Los hijos abandonan el hogar familiar, pudiendo surgir problemas, ya que la pareja tendrá que replantearse y reestructurarse ante esta nueva situación. También es posible que haya crisis de la mediana edad, pérdida de los padres, y el aprendizaje e incremento de responsabilidades en relación con los nietos; sobre todo, si los hijos deciden quedarse y no abandonar por alguna circunstancia, la casa de origen.

Retiro de la vida activa, vejez

Necesidad de adaptarse al tiempo disponible. En algunos casos las personas pueden experimentar sentimiento de incapacidad y sensación de soledad (sobre todo, si hubo fallecimiento de alguno de los miembros), pudiendo dar lugar a depresiones que exijan atención especializada; aunque  también puede verse como una oportunidad de llevar a cabo una nueva vida. En esta etapa, los integrantes deben enfrentarse, en muchas ocasiones, a cuidar a un familiar o decidir enviarle a una residencia de ancianos; esto puede resultar como fuente de conflictos entre los hijos que ahora deben buscar la mejor solución para todos.

Es fundamental tener en cuenta estos momentos de tránsito entre etapas y los factores involucrados, a fin de desarrollar todas las habilidades posibles que nos permitan navegar entre estos ciclos sin hundirnos, abriéndonos a nuevas experiencias, posibilidades y aprendizajes. 

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