Crianza respetuosa para formar hijos emocionalmente sanos

Existen diversos tipos de crianza que van a establecer las pautas de comportamiento de los niños, algunas características de estas son las siguientes:

PERMISIVO

AUTORITARIO

SOBREPROTECTOR

RESPETUOSA

Como podrás notar, cada una permea de manera diferente el desarrollo y la cognición del niño. En ocasiones, llegamos a confundir estos estilos, y algunas madres o padres, llegan a polarizar entre la autoridad y la permisividad. 

Lo que busca la crianza respetuosa, es que los niños aprendan sobre límites y consecuencias, sin necesidad de amenazarlos, golpearlos, criticarlos, minimizarlos, castigarlos o premiarlos de manera excesiva; lo cual a largo plazo, puede acarrear otras problemáticas como agresividad, baja autoestima, problemas en conductas adaptativas, conflictos con la autoridad, y algunos trastornos mentales. 

La labor como padres, consiste en establecer las normas y los límites que regirán la vida familiar, a fin de regular el comportamiento de los hijos; por lo que en cada padre o madre recaerá la tarea de analizar y reflexionar si las pautas son violentas, autoritarias, permisivas o sobreprotectoras, a fin de modificarlas por una crianza respetuosa desde la parentalidad positiva. 

La crianza respetuosa resulta una gran herramienta cuando los hijos están en desarrollo, pues ayudará a los niños a comprender que sus actos tienen repercusiones, conllevando a la reflexión, autoanálisis y autogestión; así como a la asunción de responsabilidades sin experimentar fastidio, rebeldía o inclusive, culpa. 

Diferencia entre castigo y consecuencia

Castigo

Consecuencia

Es importante dejar de etiquetar a los hijos u otros niños, como “mal portado", "desobediente", "malcriado”, etc.; pues con esto juzgamos menos y optamos por buscar otras estrategias diferentes al castigo, las nalgadas, pellizcos, entre otras; esto contribuirá a que aprenderemos formas más eficaces y respetuosas para criar.

Pautas de crianza respetuosa

Comunícate con tus hijas e hijos de manera positiva


Establece reglas claras y consecuencias de acuerdo a su edad


Permite que tus hijos participen en las decisiones


Cuida, fomenta y fortalece el vínculo afectivo


Ten presente que tú también aprendes de ellos 

Pasa tiempo de calidad


¿Qué es tiempo de calidad?

En realidad, casi cualquier interacción con tus hijos puede convertirse en tiempo de calidad, la clave está en el interés, la atención y el disfrute que también le imprimes a ese momento. 

El tiempo de calidad, implica mostrar interés genuino de conocerlos, pasar un rato agradable con ellos, escucharlos activamente y comunicarte de manera asertiva, procurando conversaciones en donde no le juzgues, no le cuestiones constantemente, no le interrogues, reprimas, o regañes; inclusive, evitar dar tu opinión desde el "deberías...", "no deberías...", "te lo dije", "te lo advertí", o comparándolo: "yo a tu edad", "¿por qué no eres como tu(s) hermano(s)". 


Comprende que cada niña y niño es diferente 


Basa la crianza en la participación igualitaria de padres y cuidadores


Cuídate y piensa en ti

Recuerda que ellos aprenden del ejemplo, por lo que es recomendable que seas congruente con lo que les pides: 

si exiges respeto, trátalos con respeto; 

si quieres establecer límites, asegúrate de que tú también los tienes; 

si demandas que sigan las reglas, procura no saltarte ninguna; 

si buscas que sean disciplinados; comprueba que tú también lo seas. 

No es sencillo, pero con paciencia y esfuerzo se puede lograr. 

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