Recomendaciones para cuidar tu salud mental

La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas del ciclo vital, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta y la vejez.

¿Cómo saber si experimento altos niveles de estrés y si esto afecta mi salud mental y física?

En entornos cambiantes y llenos de incertidumbre como los que vivimos actualmente, nuestras emociones, pensamientos y comportamientos cambian como respuesta a las situaciones, las alteraciones en la rutina, la información, las expectativas y las especulaciones que hacemos hacia el futuro. Es normal sentirse afectado, pues las exigencias y condiciones están fuera de nuestro control y se modifican de forma irregular e inesperada; esto hace que nuestro proceso de adaptación y ajuste emocional no alcance el ritmo necesario para estabilizarnos antes de que llegue un nuevo cambio.

Nuestra capacidad de adaptación y respuesta depende, no tanto de las circunstancias sino de nosotros mismos, de nuestras experiencias previas (de éxito o fracaso), de los recursos de afrontamiento que tengamos, los aprendizajes logrados en dicha experiencia, la red de apoyo con que contemos, entre otros elementos.

El vivir trae consigo experiencias que pueden causar dolor, amenazar nuestra estabilidad y generar preocupación por el futuro o nostalgia por el pasado. En ese tipo de momentos difíciles es normal sentir temor, preocupación, enojo, culpa, ansiedad o dolor.

Recordemos que el estrés es una respuesta de adaptación física y emocional, es la forma en la que reconocemos y manejamos aquello que percibimos como amenazante sobre nuestra vida o sobre aquello que es importante para nosotros. Para empezar, debemos entender y reconocer que en las circunstancias actuales estamos viviendo bajo estrés.

En el autocuidado de la salud mental, la clave está en reconocer cuando tu “forma de ser, actuar y sentir” se ha alterado, cuando ya no es como solía y empiezas a mostrar cambios de comportamiento, estados de ánimo o de pensamientos que no corresponden a lo que normalmente demostrabas; y esto te produce malestar significativo.

Una forma de reacción frente al estrés o la afectación emocional, es tener sentimientos de pérdida o tristeza. Estos son normales en circunstancias como las actuales, pero si se sostienen durante la mayor parte del día, casi todos los días y durante un período de al menos dos semanas consecutivas sin un cambio favorable, es importante buscar apoyo psicológico.


Y si estoy experimentando esto, 

¿qué puedo hacer?

Mejora tus hábitos de salud.


Ten una dieta saludable: toma agua, reduce o elimina el consumo de comida chatarra, y/o con exceso de grasa, sal, y azúcar.


Evita pasar largos periodos viendo las redes sociales, mirando la tv o sentado.


Reduce o elimina el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas. 


Procura establecer una rutina al dormir y comer. 


Mantén horarios estables. 


Conseguirlo está a tu alcance y la satisfacción de hacerlo es comparable a la de otros éxitos más complejos.

Intenta tener referencias temporales claras. 


Pueden resultar como estímulo (por ejemplo: si termino ..., me da tiempo de ...). 

 

Tener una buena planificación de tus rutinas entre otros beneficios, reduce el riesgo de que padezcas estrés o ataques de ansiedad, producidos generalmente porque se te acumulan las tareas o responsabilidades. 


Es un buen antídoto frente a la tendencia a procrastinar


Hace más fácil que puedas compaginar tu agenda con la de los demás, de forma que tu actividad social se enriquece, algo esencial para tu salud mental.


No se trata de que seas rígido y tengas tu día a día absolutamente planificado, pero sí de que tengas mayor control sobre tus actividades diarias. 

Mantén un enfoque positivo.


La realidad es como es y no siempre puedes hacer algo para transformarla. Sin embargo, de ti sí depende cómo te afecta.


Procura priorizar lo importante, enfocarte en los avances conseguidos y las buenas noticias. 


Visualiza los obstáculos o dificultades como un paso adelante que te ayudan a crecer, y a ser mejor. 


Recuerda lo que vales.

Socializa. 


Date la oportunidad de estar con otros, escuchar y ser escuchado, reír o llorar juntos, realizar alguna actividad en grupo. 


Estar con las personas que queremos nos enriquece; además, desarrolla nuestras habilidades de comunicación asertiva y empatía. 


Ayuda a los demás (en la medida de tus posibilidades).

Disfruta tu día a día. 


Los mejores estímulos los puedes encontrar en las pequeñas cosas cotidianas: dar un paseo, sentarte en el parque, pasar tiempo de calidad con tu familia y amigos, una deliciosa comida, una ducha relajante… parecen una nimiedad; sin embargo, tienen mucho valor y significado. 

Mantente activo, haz lo que te gusta. 


Puede ser que te encante hacer ejercicio, salir a correr, sentarte a leer un libro, cocinar, pintar, dibujar, escribir, llevar un diario, bailar, hacerte un masaje, ponerte una mascarilla, pintarte las uñas, tomarte unos minutos de silencio para meditar… Hay infinitas opciones. 


Estas actividades, sobre todo el ejercicio físico, reducen las sensaciones de ira, estrés, ansiedad, y depresión. 


Lo importante es que te concedas un tiempo para ti, sin dejar que te invadan las preocupaciones, ni otras personas (respetar tu privacidad). 


Incrementará tu bienestar emocional.

Sé agradecido. 


Reconoce todos los días las cosas buenas que hay en tu vida y da gracias por ello, no necesariamente tiene que ver con ser creyente o profesar alguna religión; se trata de agradacerte por todo lo que haces por ti. 


También, en estar consciente del apoyo que recibes de tus seres queridos


Practicar la gratitud te ayuda a ver tu vida de manera diferente.

Formula un proyecto de vida. 


Esto propiciará que te enfoques en tu meta; ya no en los problemas, sino en las soluciones


Al notar que consigues tu objetivo, favorecerá tu autoestima, tu sentido de vida, desarrollando e implementando tus habilidades y capacidades. 


Si tu salud no mejora después de poner en práctica estas recomendaciones, acércate a un profesional que te apoye en el cuidado de tu salud mental.

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